RITUALES

Se denomina magia blanca a aquellos actos de liturgia mágica cuya naturaleza, métodos u objetivos son comúnmente aceptados por la sociedad donde se producen. En todos los tiempos han habido varones y mujeres que decían tener poderes y practicar la magia. 
La brujería, en cambio, ejercida por gente de menor nivel cultural y económico, era vista como un subproducto de la magia. La gente recurría a los brujos y brujas para ahuyentar la mala suerte o mejorar las cosechas, atraer el amor y la prosperidad a su casa y en general solucionar sus problemas de una forma acorde con su forma de vida. 
En los principios se trataba de una brujería benéfica. Las brujas o brujos practicaban la llamada magia blanca. Esto se veía en Occidente tanto como en Oriente: en la Antigua Roma, en la Antigua Atenas, en el Antiguo Egipto e incluso en África existían talismanes contra el mal de ojo, amuletos, hierbas mágicas y pociones. Recién con el cristianismo aparece el concepto de brujería como herejía religiosa ligado principalmente a las mujeres y el mago (magus) va dejando lugar al brujo (maleficus), con lo que el combate contra la magia se convierte en sinónimo de lucha contra el paganismo.
 
La magia blanca va en contra de la magia negra y es la que combate los hechizos malignos, pues la magia blanca busca la prosperidad, la integridad, el desarrollo físico y mental en conexión con el espíritu.
Un ritual es una serie de acciones, realizadas principalmente por su valor simbólico. Son acciones que están basadas en alguna creencia.
Los rituales se realizan por diversas razones, tales como la adoración de un dios (lo que correspondería un ritual religioso).
Los rituales pueden tener múltiples objetivos, por ejemplo; la veneración de una deidad, el rechazo a una fuerza que se considera maligna o perjudicial.
 
Se ha asociado a los rituales con la brujería y las procesiones. Sin embargo, los rituales son prácticas más amplias. 
Se tienen registros de rituales en Europa realizado por los celtas, una antigua cultura que se caracterizaba por adorar y venerar a la naturaleza. La mayor parte de los rituales que realizó este grupo fueron dedicados a ella. 
Esta civilización escogía como escenario siempre locaciones como bosques y montañas.
Los sacerdotes celtas, por su parte, convivían con la flora y la fauna y conocían los secretos de cada animal y cada planta. Las velas eran la herramienta fundamental para todos los rituales célticos.